miércoles, 30 de diciembre de 2009

Sobre la religión, la democracia y la cultura cívica en México



Me encontraba leyendo la siguiente frase “en ninguna de las democracias avanzadas la religión juega un papel significativo en la esfera cívica” posteado en una de las redes sociales conocida como Twitter, el Warpig usuario de la red posteaba tal frase correspondiente al articulo de Sergio Aguayo Quezada en el Periódico Reforma del día 30 de diciembre del año aun en curso y que esta próximo a terminar.

Parte de la idea del artículo es enunciar tres cosas que funcionan mal en México, por tal motivo son parte del enorme fenómeno que representa la democracia contemporánea. La cual tiene toda una serie de representantes en diferentes ámbitos, desde los transicionistas en México, los neoliberales, los “progresistas”, etc.… hay tantos grupos de intelectuales y gente involucrada que lo hacen un fenómeno aun más complejo. Y lo es en dos sentidos, tanto en el local o intrínseco, propio de una nación, del proceso histórico que ha sufrido (en este caso México) y otras sociedades con semejanzas; y por otro lado tenemos el momento histórico mundial que podríamos entender como un factor extrínseco, que afecta en determinada medida a todos. Ambas cosas actúan sobre democracia y la entrevelada cultura política que aquí se quiere hacer mención , de antemano sabemos que la mexicana es precaria y poco ilustrada en los términos de las democracias desarrolladas, cosa que no deja de hacerla interesante y pertinente de ser estudiada.

Sin embargo el señor Aguayo pone sobre la mesa tres aspectos que a él lo tienen muy molesto, le incomodan pues, son tres factores que lo inquietan: Felipe Calderón, La triada partidista y la Iglesia Católica. Enemigos del libre pensar y se entiende aquí enemigos de la democracia. Considero que en efecto son enemigos de la democracia, pero no por los motivos que el autor menciona.

Antes de continuar quiero hacer una anotación que puede ayudar a la reflexión del tema. En México la maduración y aun la formación de la sociedad civil no se ha desarrollado, aun es endeble y no termina por cuajar, no sabemos bien como interpretar eso que llamamos “sociedad civil” es un conjunto bastante amplio de individuos, grupos e intereses que están en juego y por ningún motivo existe una homogeneidad, ni gozan de capital, oportunidades, educación, ni recursos intelectuales o culturales semejantes o equilibrados. Las sociedades latinoamericanas son inmaduras, en particular la mexicana es muy distinta históricamente y socialmente de las demás, es un caso particular, no es adecuado entenderla en los términos que las otras. La sociedad mexicana esta muy estratificada, lo cual conduce ya de por si a una transición accidentada, difícil o a un entendimiento precario de lo que la democracia es y representa. La lucha por el dominio y control del aparato estatal, ha conducido a una lucha exacerbada por el monopolio de la violencia legitima, lo cual deja a las formas y procedimientos democráticos en una etapa muy endeble y posiblemente fugaz.

Claro que es deseable una democracia ilustrada, que otorgue igualdades y ordenamientos claros. Que ofrezca certezas y propicie una calidad de vida decorosa, así como una economía que remunere a los distintos estratos del país. Sin embargo esto esta un tanto lejos de ser posible.

El autor nos habla del trabajo de Miguel Bazañes quién dirige el Instituto de Cambio Cultural en la Universidad de Tufts en Boston. Lo cual no esta lejos de lo que desde la década de los 50´s y 60´s hacían; en particular Almond y Verba, su obra más reconocida llamada Civic Culture, que después conoceríamos aquí con el mote de cultura política y que trae consigo todas estas teorías sobre la hechura, aplicación y desarrollo de políticas publicas, una respuesta que intentaba ser la alternativa a las tesis marxistas y pretendía explicar científicamente el sistema de valores que compartían las sociedades, la estima, el conocimiento y las expectativas de los ciudadanos sobre su sistema político y la democracia. En ese estudio por motivos de presupuesto estuvo incluido México, como parte de los países que se usaron como muestra: Estados Unidos, Inglaterra, Italia y Alemania. Sin embargo y por razones que desconozco no esta incluido México en el trabajo que realiza el señor Bazañes con su idea de que la “cultura importa” (Culture Matters). El argumento es que en las culturas existen dos sistemas de valores ideales. Uno los valores que propician la democracia y dos, los que no lo hacen. Con esto Aguayo intenta explicarse por qué la transición a la democracia no se ha concretado en México.

De 25 factores que componen el trabajo que viene realizando Bazañes, Aguayo toma 3, los que según él explican la carencia de una cultura que propicie la democracia en México. He de hacer notar que existe un abanico enorme de factores que actúan en contra de la democracia en mayor o menor medida y estos son matizados por las sociedades, la cultura y los procesos históricos que han vivido; y que en general la democracia en el mundo se encuentra sostenida bajo una muy delgada y tenue línea. Es decir, no existe una democracia real en el mundo, son patrones de conducta, procedimientos y formas, conjuntos de valores sostenidos en periodos de tiempo considerables los cuales otorgan o posibilitan condiciones de vida apegadas a lo que entendemos por democráticos, en todo caso hay poliarquías –consultar a Robert Dhal-, pero bueno, no nos desviemos del tema.

Dentro de los tres factores que ayudan a Aguayo a sostener su hipótesis se encuentra en primer lugar: La inpuntualidad, él dice que los mexicanos carecemos de puntualidad y los aspectos de tiempos y horarios fijados, no nos ajustamos a ellos, cosa que se puede ver reflejado en las acciones –pone él como ejemplo- de los perredistas y su impuntualidad en más de una ocasión y asunto. Si el propósito aquí es el de tener humor, bueno, su ejemplo es graciosito e irónico. Si de otro modo tiene un matiz de seriedad y cientificidad pues creo que nos hace falta una explicación más sustancial. La impuntualidad, los fenómenos del tiempo y la sociedad son complejos, pero amalgamándolo con su segundo punto, los tiempos y la puntualidad son parte de un sistema económico que compone procesos de distintas índoles, mientras más sofisticados, diferenciados, especializados, rigurosos o exactos tengan que ser, esos procesos impactaran las actividades y la cotidianeidad de la sociedad civil, es decir afectara su cultura en la manera como se relacionan los individuos entre ellos mismos y con las cosas.

México por más que lo deseemos no tiene un desarrollo, especialización o diferenciación en sus procesos económicos, productivos y financieros como lo tiene Inglaterra, Alemania o los Estados Unidos, y aun así, no se explica por éste motivo que la democracia no funcione o se vea frustrada. Haciendo alusión a que la democracia no es una receta estricta por la cual los países y sus sociedades deban transitar (todas) por el mismo camino, es absurdo pensarlo de ese modo. Ya cometimos ese error en décadas pasadas y los desarrollismos no explican ni nos dan la solución a los problemas que enfrentan distintas sociedades que pretenden transitar por el sendero de la democracia.

Aun así, el tema del tiempo es complejo y socialmente todas las naciones tienen distintas formas, mediciones y referentes que explican sus contextos, los cuales son múltiples, hay que ser cuidadoso, no hay que simplificar de esa manera y decir que la inpuntualidad afecta la democracia, sin duda es un defecto que hay que extirpar, sin embargo hay que se cuidadosos. Es como decir que la especulación afecta la democracia y en México hay mucha y muy nociva, pero hay que matizar.

El segundo de los factores a los que refiere Aguayo es la competitividad, en distintos aspectos, sí hay competitividad existe, pues, una “cooperación” entre los competidores para hacer lo mejor, pues éstos se ven orillados a hacerlo de tal modo que la competitividad nutre a la democracia. La competencia electoral, quiero pensar que a eso se refiere, favorece a la democracia. Pues sí es de éste modo y aun sí también estuviera hablando el autor de una competencia en términos económicos, no estoy de acuerdo del todo con esta idea. A la idea de que la competencia electoral beneficia a la democracia yo diría que no necesariamente, si bien debe haber condiciones en las cuales se aspire a ocupar un cargo y que el mejor de los aspirantes fuese el que obtiene tal puesto, sería una idea con cierta coherencia, sin embargo no es así.

Como ya lo apunte líneas antes, México se encuentra en una competencia exacerbada por el control del aparato estatal, lo cual lleva a los partidos políticos a luchas encarnizadas para obtener el control y los beneficios del puesto, no necesariamente porque sean los más adecuados para ocupar tal cargo. De esto ya hemos tenido bastante en al menos los últimos 27 años. No hace mucho nos pudimos dar cuenta que la competencia y el tratar de ofrecer lo “mejor” para la democracia, llevo a un delegado imbecil y corrupto (Juanito) a ocupar una de las delegaciones más importantes, pobres y con mayores recursos del presupuesto federal: Iztapalapa. Es evidente que el señor Juanito, el Partido del Trabajo y una tipa sospechosa de apellido Brugada, bajo el padrinazgo del extraño “adalid” de la patria AMLO hicieron una competencia y campaña electoral un tanto sucia, en la cual se terminaron burlando de la sociedad civil, todo por “el bien de la democracia y el pueblo”.

Aun sí fuese el tema de la competencia por el lado económico yo diría que esto esta lejos de ser así; en los Estados Unidos la competencia ni es perfecta, ni todos los competidores gozan de la misma información y oportunidades, no existe un libre mercado, ni es en los términos como la tecnocracia y sus cuestionables doctrinas lo quieren hacer ver. Por ejemplo, no nos hemos dado cuenta que las doctrinas neoliberales desde 1982 no nos condujeron a la riqueza y al crecimiento económico que prometían los desarrollistas en todo el mundo y que la clase política mexicana se tatúo tales doctrinas ¿no ha sido desde entonces el periodo de tiempo con más crisis y devaluaciones que ha sufrido el país y la calidad de vida de los mexicanos? Tal vez algunos bendecidos y buenos protestantes trabajadores que prosperaron y obtuvieron la buena venia de Dios puedan atacarme con furia y me gane su odio, pero ¿en términos generales no tenemos a más de la mitad de la población del país jodida o como les gustan llamar en los noticieros “en algún nivel de pobreza”? Ojo, la competitividad en estos términos no ayudará a la democracia, habría que hablar en qué sentido debe haber competitividad y qué podemos entender por tal cosa.

El tercero de estos elementos es la relación Iglesia-Estado, de donde surge la frase que antes mencione y que hace notar que en ninguna democracia avanzada la religion juega un papel significativo en la esfera cívica. Pues creo que nos debe decir el señor Aguayo y los de Culture Matters cuales son esas democracias o sociedades, porque hasta donde se el tema de la iglesia o religiones es importante para toda sociedad y esfera cívica, más aun en el contexto de los estudios de cultura política que se tocan aquí. Un ejemplo y en un país con una “democracia avanzada” como lo es EE.UU. el tema de la adscripción religiosa no es un tema menor, no hay un solo presidente en los Estados Unidos que haya sido agnóstico. Ni que decir de los últimos problemas que tuvo el presidente Obama por declaraciones de corte racial o las que lo llevaron a separarse de su iglesia y entrar en polémica con su antiguo pastor; mucho menos lo que sucedió con su antecesor G. W. Bush.

En los EE.UU. la política y la religión conviven muy de cerca, que se quiera interpretar de otro modo la cercanía de sectas, religiones, creencias y figuras político-religiosas es cosa que no debe engañarnos. Pues todos los movimientos sociales y civiles en los Estados Unidos y particularmente los de las comunidades afroamericanas tienen siempre un pastor o una figura espiritual involucrada. Claro en todas las sociedades tienen expresiones distintas, pero si que están presentes, habría que ver el caso de Italia, España, Inglaterra, Francia o Indía y las declaraciones o posturas que se asumen bajo éste aspecto.

Que es nocivo que gente perteneciente a la iglesia tenga una ingerencia importante en las acciones de los gobiernos y representantes políticos, si lo es, y habría que acabar con ellos, por cierto, cosa por demás complicada. En un país donde siempre han tenido una unión cercana como es el caso de México, resultan clave estas relaciones en muchos aspectos para la iglesia católica y un negocio importante para todas esas sectas protestantes y de otras índoles. Cuestión peligrosa, pues determina muchos de los valores y patrones de conducta bajo los cuales se conducen los ciudadanos o la esfera civil, más en un país con “minorías” étnicas bastas, con experiencias históricas y transiciones identitarias inconclusas. En efecto no ayudan a que cuaje un proyecto democrático en los términos que se ha querido implementar en México.

Pero tampoco podemos descartar que existan experiencias que propicien lo contrario. Es un aspecto que habría que revisar con detenimiento. En centro America existen muchas experiencias distintas tanto religiosas como políticas en este sentido. Finalmente no hay que olvidar que la iglesia es una sociedad civil dentro de una sociedad civil, la religión es una expresión política sustancial e intrínseca de toda sociedad desarrollada o no.

Me parece que los elementos que el señor Aguayo anota en su columna del periódico Reforma deben ser explicados con más detenimiento. Pues leídos de ese modo sólo conducen a conjeturas simplistas y peligrosas.

Sobre el articulo de Sergio Aguayo: www.sergioaguayo.org/articulos/2009/Aguayo_Piel_de_leopardo_30_12_09.pdf

Gracias por su tiempo.

INKEN DEAN

(DAHC)

Invierno de 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

CFE: ¿LA REALIDAD DE SUS USUARIOS?

Llegó a la redacción el siguiente video de lo que parece como un reportaje periodístico que se titula: “CFE. La Realidad De Sus Usuarios” ¿Quien lo realiza? No se especifica, pero al parecer la base del reportaje es hacer reflexionar a quien lo ve, dada la coyuntura que se vive en el centro del país, un poco de la siguiente manera: El servicio que proporciona CFE es de mala calidad y con muchas anomalías, por lo tanto la probabilidad de que esto se repita en el centro del país, a raíz de la extinción de “Luz y Fuerza del Centro”, es alta. Cabe destacar que las anomalías que se muestran son considerables: Inexistencia de medidores, puntos de cobro aleatorios, bajas en el voltaje y cobros elevados en relación a la energía utilizada. Júzguenlo por su cuenta:

posteo aqui el link directo de youtube: http://www.youtube.com/watch?v=SWOrWQIiHE0

Una vez finalizado el video, la pregunta que cabe hacerse aquí, más allá de estar a favor o en contra de CFE o de LyFC y de concebirlas como rivales a muerte, cosa que se ha estado haciendo ya con más frecuencia, es: ¿Es esta verdaderamente la realidad de TODOS los usuarios de CFE? ¿Así pasa en Monterrey, Tampico, Oaxaca, etc...? ¿O solamente es la realidad de algunos habitantes de comunidades alejadas y con características geográficas particulares? Como habitante de la capital del país no lo se…y no me aventuraría a hacer conclusiones de carácter general…Lo que si cabe mencionar es que un pedazo de la realidad no demuestra lo que es la realidad en conjunto. Me pregunto entonces: ¿El reportaje no debería llamarse: “La Realidad De Los Usuarios De CFE En Tlaola, Puebla? Cual es el fin entonces de llamarlo: “La Realidad De Los Usuarios De CFE”. En la lógica del reportaje que es la de preguntarse si “¿Este será el "excelente servicio" que recibiremos de la Comisión Federal de Electricidad después de que Felipe Calderón decretó, por sus pistolas, la ilegal extinción de Luz y Fuerza del Centro?” (Con ese subject llego a mis manos el correo en el que se anexaba el video que se presenta) todo parece embonar. Sin embargo yo me pregunto: ¿Que elementos técnicos o hechos políticos nos muestra la cinta como argumentos convincentes para llevarnos a concluir que de esta misma forma se realizará el servicio para la zona metropolitana de la Cd. de México? Me parece que hay un problema de conmensurabilidad a la hora de abordar los hechos puesto que estos problemas que se presentan son en comunidades pequeñas con otra dinámica social y con otros niveles de servicios. Ante lo anterior cabe hacer la siguiente mención: Las dinámicas de acumulación, reproducción social, trabajo, y administración de los recursos siempre, o la mayoría de las veces serán distintas y hasta opuestas entre la ciudad y las comunidades pequeñas y alejadas de los centros de actividad económica (esto sin duda lleva a que de igual forma la corrupción se manifieste de distintas maneras). Ello de ninguna manera justifica que las deficiencias mostradas en el reportaje tengan que ser admisibles, pero tampoco nos ofrece ningún punto de conclusión sobre la eficiencia general de la empresa. Podríamos decir entonces que a raíz de esta coyuntura el reaccionarismo se vuelve presa fácil de las opiniones y se busca cualquier argumento para mostrar de formas, un tanto apologéticas, lo que esta mal de la otra parte.

“-Pagamos en una casa allá por el centro, le dicen Chela a la señora-"
Como si la señora chela tuviese la culpa de todas las fallas acudieron con ella esperando encontrarse con alguna especie de cacique explotador local. Lo que encuentran es una señora más de la comunidad sin los conocimientos quizá técnicos o administrativos y que lleva 19 años haciendo el “servicio” de colecta de tarifas. ¿Recibe algún pago? ¿Tiene algún trato tarifario preferencial? No se sabe, nunca se especifica. Ni siquiera eso se pudo poner en claro. El reportaje no es un trabajo de calidad.


En un país con un capitalismo de compadres, con sindicalismos charros y poco representativos, poco democráticos, con administraciones públicas deficientes y con niveles desmedidos de corrupción, ¿Qué nos hace pensar que estas formas de cobros casi “apadrinados” no se daban también en Luz y fuerza? ¿O somos tan ingenuos para pensar que solamente esto pasa en la malvada CFE y que esta solamente vino a quitarles el trabajo a los buenos y honorables trabajadores de Luz y Fuerza?; Me parece que la realidad es un poco más compleja. La ineficiencia (al igual que su contraparte, la eficiencia) se presenta en todos los ámbitos empresariales y en todas las empresas ya sean públicas, privadas o cooperativas y no como el gobierno federal quiere hacer creer a todos que esta es propia de…increíble decirlo: la propia administración pública. (Como ha venido manejándose el problema de LyFC, parece ser que este es el argumento principal que justifica la liquidación de dicho organismo descentralizado y que más se le ha comunicado a la sociedad civil: Bola de ineficientes) En todos los lugares hay buenos y malos trabajadores. En todos los ámbitos laborales hay tranzas, corrupción, apadrinamientos e ineficiencias. El hecho de que ahora el servicio vaya a ser proporcionado por CFE no escapa a estos bemoles, sin embargo la tarea que tienen y a la que se deberían de abocar es a establecer tarifas diferenciadas y progresivas; es decir, 1) Esquemas de apoyos tarifarios a los pequeños negocios y 2) Que verdaderamente se les cobre lo que se les debería de cobrar a las grandes empresas dejando de lado la política que se había seguido hasta entonces de apoyo a la “productividad”. De igual forma el reto tiene que enfocarse en eliminar los llamados “diablitos” y todas las corruptelas que a raíz de estos se daban entre la administración de LyFC y los distintos grupos de locatarios y asambleístas de tianguis para exentarlos de cualquier pago tarifario. ¿Porque los comerciantes de vía publica no tendrían que pagar electricidad? ¿Solo porque son ambulantes y hay que “ayudarlos” para que salgan adelante? ¿Y a las clases medias y bajas que viven día a día las bajas en el voltaje y que si pagan en tiempo y forma su electricidad quien las ayuda? Lo justo y lo estimablemente lógico y racional debería ser que quien use el servicio que lo pague, a diferentes tarifas pero que lo pague.


En este sentido la sociedad civil debe exigirle a la “nueva administración” en conjunto, es decir, administración gerencial y trabajadores: 1) Que se dejen de firmar contratos por debajo del agua que solo benefician a ciertos grupos de poder y que se piense más en el pequeño consumidor, 2) Que las bajas de voltaje dejen de seguir apareciendo y descomponiendo aparatos, 3) Que los privilegios tarifarios a las grandes empresas terminen y que por primera vez se ofrezca un trato digno y de respeto a los usuarios. Esto es lo que se estima como deseable, lo que se estimaría como, sí, hay que decirlo, eficiente. Sin embargo, como en todo, el tiempo arrojará las respuestas respectivas…


Si bien el problema de liquidación de LyFC aun sigue siendo joven como para intentar hacer conclusiones definitivas, lo que se observa todavía es que existe demasiada información y que esta fluye en distintos niveles y con distintos significados. Esto es: no esta ordenada, no tiene mensajes claros y lo que ocasiona es un círculo vicioso que conduce a un esquema de “interpretación de la interpretación”, lo cual sin duda lleva y ha llevado a confusiones fundamentalmente entre los ciudadanos comunes y corrientes. Todos dicen ser expertos, todos conocen del tema, todos creen entenderlo y en base a ello se tanto se forman las opiniones caprichosas, reaccionarias y poco analíticas, como opiniones ligeras y con poco compromiso, que más bien se hacen al calor de la furia y el desdén y que son expresión de una sociedad civil que esta teniendo problemas para expresar lo que quiere con claridad y tolerancia. No está mal hacer reportajes locales donde se denuncian los problemas de la comunidad, pero se exige que estos tengan un significado acotado a su espacio y no se quiera vender estos como: “LA VERDAD”.

THE MAN IN BLACK

lunes, 14 de diciembre de 2009

El Triple Play: LyFC, El Gobierno y La Iniciativa Privada.


El presente escrito tiene como propósito reflexionar sobre algunos aspectos del complicado clima que existe en México en su sector energético y de telecomunicaciones. Quiero hacer aquí la precisión que la participación de los medios de comunicación ha propiciado un halo de dramatismo que da lugar a cualquier expresión de exacerbación, fetichización y alarma. Otra de las precisiones que hago antes de entrar de lleno al tema es decir que para el publico, usuarios más comunes los consumidores finales y sociedad civil en general, es necesario contar con varias opiniones, asumir las cosas con sobriedad y critica; que no nos conduzca a acciones desesperadas ni a creer fielmente en el orador, politiquero o líder de opinión publica o mediática que se nos presente y pretenda ser nuestro gurú, que ayudará a enfrentarnos a las amargas y dramáticas situaciones que acontecen y son exacerbadas por negocio mediático de alguno de los grandes grupos.



Es de entenderse que todo este asunto de LyFC y la ahora tan mentada competencia en telecomunicaciones tienen niveles, esta estratificada y la información a la cual podemos acceder es un tanto desorganizada y confusa. Todos toman parte de uno u otro bando, todos creen verse agredidos profundamente por algo que vio en TV o escucho en radio o bien leyó en el diario de su preferencia. Hay que tener cuidado de no ser arrastrados por el comentario del especialista o “del que sabe”, siempre hay que guardar una posición de duda y reserva, saber que opinan los demás. Finalmente si esto se trata de bandos, los que salimos perdiendo siempre somos nosotros, lo que leemos éstas líneas, la sociedad civil, el publico más común, aquel que no tiene el gran capital, ni es empresario “exitoso” en los términos del mercado y la doctrina neoliberal.



En México existen rezagos y asuntos estratégicos sin concluir desde hace al menos 27 años. Las transformaciones de las estructuras políticas y de gobierno, introdujeron a México en un complejo debate sobre la reformulación del Estado, claro que es necesario cerrar ciclos y situaciones del pasado, para un mejor futuro, pero esa expresión de “futuro” debe de ir acompaña de un mejor futuro juntos, no de un mejor desarrollo económico en el futuro, pues nunca queda claro el desarrollo de quien, pues, al menos de la sociedad civil en su conjunto no lo ha sido desde la década de los ochenta. Entre uno de tantos rezagos esta el tema estratégico ,por cierto, de la energía, a estas alturas de la modernidad es claro el papel que juega la energía, la generación y distribución de la misma; aunado a ello están las telecomunicaciones, que le otorgan su carácter esencial a la coyuntura histórica que vivimos, la cual se le puede llamar globalización.



Ambos son un tema muy interesante e importante para todos los estratos involucrados. Para las empresas y el capital es un bastión importantísimo pues representa un negocio redituable, de primera necesidad y con un futuro igualmente luminoso e imprescindible, el hacerse de un espacio en el corpus de este fenómeno es de primera necesidad. Desafortunadamente los que menos tienen ingerencia en las decisiones sustanciales, al menos en México, es la sociedad civil, los ciudadanos comunes. Las grandes decisiones le corresponden a un conjunto de plumas clave y seres oscuros. La información y los actos que en la cúspide de la pirámide se generan, tardan en llegar y ser conocidos por todos. Se esperaría y es aquí el momento coyuntural y clave del actual gobierno del presidente Felipe Calderón, para realmente obrar como se tiene que obrar, con equidad y principal atención al ciudadano común-usuario final, que se vea favorecida la sociedad, no únicamente la sociedad capital, que en las ultimas décadas ha sido la principal beneficiaria.



Las conclusiones y opiniones más profundas y dramáticas que podamos encontraros hoy son todas ellas prematuras, aquí hay un asunto que es muy grande, complejo; esta tomando su curso, lo más usual que se puede hacer aquí es especular, pero no es malo el hacerlo, siempre y cuando cumpla con ciertos aspecto, entre ellos: moderación y no busque exacerbar de manera absurda y alarmista al que lo lea. La desaparición de la paraestatal (LyFC) y su sindicato (SME) no es un tema que fuese nuevo y que los trabajadores y administrativos de la empresa fueran ajenos a ello. En repetidas ocasiones durante varios años se hablo de la necesidad de acabar con la paraestatal y terminar con los privilegios del sindicato –léase con los abusos de sus lideres y personajes más oscuros, no con el trabajador más sencillo que gana lo básico- lo que siempre estuvo presente y no sólo con el SME fue en terminar con los abusos y que se apegaran a las directrices técnicas y administrativas. Cosa que por largo tiempo no fue así, y no por que fuese de su inmediata ingerencia, aquí los malos no son los trabajadores, son los líderes del sindicato y las autoridades a nivel federal y administrativo que tuvieron parte en todo esto y por una u otra razón secreta, velada o entre despachos no se llevo acabo como se debió. Fue un bastión político para los corruptos: gobernantes, políticos, empresariado, partidos políticos de toda extracción y de toda ideología. El mercado electoral y de partidos políticos siempre estuvo presente durante toda la existencia de la paraestatal.



Se desapareció esa empresa no sólo por la mentada “eficiencia” y lo oneroso que era mantenerla, no, hubo una serie de razones desde las más legitimas hasta las más oscuras –claro esas no figuran para la opinión publica, hay que mantenerlas en un perfil muy bajo- para hacerlo. Obvio los que siempre quedaran más expuestos serán los sindicatos, y que gracias a la doctrina neoliberal que ha ayudado a caracterizarlos dentro de la opinión publica como un mal mayor que hay que desaparecer, éstos no cuentan con la completa aprobación o simpatía de la población y mucho menos de las empresas, les imponen aun rastros de compromiso social. Pero lo que esta mal no es el sindicalismo, sino sus dirigentes corruptos, las practicas charras y las practicas ilegales que hay al interior de ellos. Ojo no porque tengan procedimientos democráticos en lo teórico, en cuanto a formas y modos en la superficie, lo sean al interior, buen ejemplo de eso es la democracia que vive México en la actualidad.



Hay que tener en cuenta que aun le restan tres años de gobierno, al presidente en funciones y a toda su camarilla de amigos y gente de primer orden que operan el sistema político del cual somos receptores de sus políticas publicas y movimientos más audaces. Tres años que no están exentos de escándalo, de rivalidades, de presiones electorales y negocios para retirarse de forma más que decorosa a la vida pospresidencial. No es difícil imaginarse que el presidente necesita hacer sus cambios y tomar sus previsiones para llevar acabo su agenda política, que no necesariamente ésta empata con la agenda social de los ciudadanos y mucho me temo que convive mejor con la agenda empresarial y de negocios.



A lo anterior hay que sumar un momento coyuntural que vive México y es la adaptación e incursión a las nuevas tecnologías, afines todas ellas a los temas energéticos y de telecomunicaciones, México necesita sujetarse, profesionalizarse y otorgar mejores garantías de operación y desarrollo tanto técnica como principalmente administrativamente. Es en éste particular punto donde éste país vive sus peores carencias, en el desempeño administrativo, en el servicio publico que muy pocos se toman enserio y los marcos regulatorios y acuerdos son más un bonito referente de lo que debería de ser y hasta donde renegociar y hacer flexible los marcos legales, administrativos, las acciones del gobierno, del capital y la sociedad civil. Estos dos últimos no son una misma cosa. El capital opera bajo otras prioridades menos éticas y morales.



No hablo de que México no tenga capacidad para producir energía o no tenga tecnología, o pueda operarla, eso esta ahí y es posible. Muestra de ello es el triple play y la competencia que sostienen varias empresas por la licitación de fibra óptica de CFE para transmitir video, audio y datos. La capacidad esta probada, el problema son las condiciones, el marco jurídico y las reglamentaciones con las cuales se operaría en este sentido. El aspecto administrativo, político y comercial es el principal problema, no así la capacidad técnica u operativa del sector. México no ha sabido adaptar estas dos cosas. Es un momento en el que se deben hacer readecuaciones, integrar tecnologías y propiciar condiciones de desarrollo social en términos generales, no sólo de empresas y mercados. De este asunto se han agarrado los defensores y sindicaleros del SME, además de intelectuales. Que todo éste asunto tiene que ver con el negocio de la fibra óptica, no es verdad, aquí hay matices, claro que es uno de los puntos que mayor atención merece de todos los sectores, claro que si, pero LyFC no desapareció únicamente por eso.



Desafortunadamente las tecnologías de punta son manejadas por cuasi monopolios, la envergadura de este asunto y las practicas históricas al respecto, sólo dejan lugar a los grandes para disputarse éstas, entre países y entre regiones del mundo el tema de los cuasi monopolios que buscan constantemente asegurar la acumulación de capital, llevan acabo una serie de practicas políticas, de cabildeo y disuasión muy turbias, los gobiernos y políticos siempre están involucrados, ofrecen protección, esto no es un tema nuevo, así funciona la economía-mundo capitalista. Sistema que opera de una manera muy poco equitativa, no es tan legal como se esperaría que fuera y claro el beneficio de todo esto no es para los ciudadanos comunes.



Claro algún beneficio reciben, pero son dimensiones muy distintas entre los beneficios que percibe el usuario común y las que percibe la gran empresa y los gobernantes. Ambos liquidadores del Estado-social como lo conocimos en décadas pasadas se enfrenta hoy a una reconfiguración que no queda claro cómo llevarla acabo, sin embargo entre el caos, los combates y las opiniones contrapuestas hay ganancias y acuerdos entre los hombres del dinero y los gobiernos en turno. Aun falta mucho por ver, el gobierno del empleo, las oportunidades y el combate a la pobreza tiene formas ridículas y populistas como de las que acusan a sus detractores, con las que actúan. Aun creen que la vieja retórica derecha-izquierda les dará legitimidad y los sacara del problema en el que están metidos, esos son sólo llamaradas de petate. En efecto, hay que terminar con muchas expresiones nefastas y parasitarias de las empresas paraestatales, hacerlas eficientes, que operen apropiadamente, que remuneren a su burocracia y permitan una forma de vida digna. La empresa paraestatal es vital y necesaria para el Estado, pues ésta tiene un propósito distinto y útil; diferente al de la empresa privada, las lógicas de operación y resultados no son las mismas. Pero siempre es posible readecuar y reestructurarlas. La empresa pública tiene un compromiso social, la empresa privada no, pocas veces esta obligada a cumplir con ello.



No es justo decir, para todos esos entusiastas del libre mercado, amantes de los corporativos y el capital más rampante, de la tecnocracia en su conjunto, decir que no se necesita Estado, empresa pública, burocracia, etc.… pues de todas ellas, se han servido los empresarios, los corporativos y las grandes firmas. Es ridículo pensar en un libre mercado, nunca ha existido tal cosa, es sólo una expresión que busca justificar ciertas prácticas y hacerlas pasar como legitimas frente a la opinión publica. Hay que trabajar en forma conjunta, hacer al capital responsable socialmente, hacer a la burocracia y a los políticos, representantes auténticos del servicio público. Es necesario que la sociedad civil no sea pasional y quiera extinguir violentamente lo que no le agrade o le hagan creer que va en contra de su persona.



El Estado mexicano debe cambiar, pero no es responsabilidad exclusiva de unos, es de forma conjunta. Todos los estratos deben de transformarse y ser trastocados, no continuar con el absurdo de la ganancia, de ese pragmatismo individualista, utilitario de corto plazo. Los individuos deben reconocerse como parte de una sociedad, no como agentes reducidos a su expresión más economicista y fetichizada.



INKEAN DEAN Invierno de 2009


(DAHC)

viernes, 4 de diciembre de 2009

LA CAIDA DEL SOCIALISMO EUROPEO. A PROPÓSITO DEL FIN DE LA DDR


Segunda Parte

No cabe duda que la DDR tuvo como principal protagonista de su progreso el desarrollo industrial. La introducción de planes quinquenales durante los primeros años para colectivizar la agricultura, establecer cooperativas de producción (VEBs), y nacionalizar las industrias de producción en sectores estratégicos, se hizo a los ritmos de productividad que establecía el SED, es decir, a través de lo que calculaba el partido único en los planes quinquenales. En ellos se planificaban las cuotas físicas de producto y las cantidades específicas de trabajo que cada industria debía emplear. Para el periodo de 1959 a 1965, el SED ajustó sus objetivos e introdujo un plan a siete años. Este nuevo plan aspiraba alcanzar la producción per cápita de la Alemania capitalista para finales de 1961, lanzar mayores cuotas de producción, mediante un incremento de 85% en la productividad laboral (superior a la meta de productividad que se había estipulado en los planes de años anteriores). Con el aumento en el ritmo de los niveles de trabajo la migración hacia la Alemania capitalista, y hacia otras partes de Europa creció de nuevo: Un total de 143.000 personas en 1959 y 199.000 en 1960. La mayoría de los emigrantes eran trabajadores de cuello blanco, y el 50% eran menores de 25 años. Para el periodo 1949-1961 la huída de trabajadores excedía un total de 2,5 millones. Si el objetivo de la DDR era un incremento progresivo de la productividad industrial, que sin duda se basaba en una fuerza laboral activa y joven, entonces no se podía permitir que esta estuviera en un continuo éxodo hacia la parte capitalista. La perdida de competitividad económica de un Estado Socialista, en el marco de la guerra fría, era inadmisible para la ideología comunista europea de aquellos años. La respuesta a esto fue la construcción de un muro. En 1961 disfrazando la iniciativa como un mecanismo de defensa contra los "ataques" del capitalismo, se erigió en toda la frontera entre el lado oriental y occidental el muro de hormigón reforzado en su interior con alambres de púas, clavos, minas de tierra, flechas, perros y torres de vigilancia con soldados de la STASI. Este mismo mecanismo se aplicó en la ciudad de Berlín. De esta forma la gobernabilidad política y la estabilidad económica se garantizaban durante el siguiente periodo de veintitantos años. A partir de ese momento el control sobre las decisiones individuales de los ciudadanos se acrecentó. La STASI, como organismo de inteligencia y seguridad fue el principal protagonista de la gobernabilidad y los mecanismos represivos de esta regían la vida cotidiana de las personas. Se había así, sacrificado la libertad individual de la comunidad por el progreso económico en una forma que el socialismo teórico, aquel de Marx, Engels y cía., nunca quizá hubiesen deseado, a pesar del carácter ultraprogresista y materialista de ambos. A partir de esas decisiones el rumbo del SED como partido único se transformó. Lo que alguna vez había funcionado mas-menos de forma “democrática”, en el sentido de que en sus inicios (e inclusive en esos momentos) los organismos del SED abarcaban una amplia gama de organizaciones que iban desde los sindicatos libres de trabajadores, los campesinos, las juventudes libres, y pasando inclusive por las organizaciones cristianas y liberales, ahora se transformaba en mecanismos autoritarios y poco incluyentes explicados en mayor medida por un panorama de miedo al “triunfo capitalista” que poco a poco invadía las mentes de los camaradas socialistas. Los pocos logros alcanzados en los terrenos social e individual como el desarrollo de una nueva concepción del trabajo, la camaradería y los valores de desarrollo a la comunidad fueron opacados por la necesidad irrestricta de gobernabilidad y la necesidad de preservar lo que en términos de productividad industrial se había logrado durante los 40 años anteriores.  

Una vez entrando en los años 80 la creciente deuda externa de la DDR llevó a la crisis que acabaría con el colapso del régimen del SED. La deuda con Occidente continuó creciendo a lo largo de la década hasta sobrepasar los 40 billones de marcos: Una suma no astronómica en términos absolutos (el PIB de la DDR era de unos 250 billones de marcos) pero mucho mayor en relación a la capacidad de la DDR para exportar suficientes bienes al Oeste como para conseguir la divisa fuerte que pagase la deuda. A parte de esto, el régimen internamente ya no era fuerte, es decir, ya no era prestigioso. Las segundas generaciones de habitantes, principalmente jóvenes veían como su país era dirigido por una elite política cerrada, anciana, corrupta y represora. 
Eric Honecker, el nuevo dirigente del partido, enfatizó un rígido centralismo dentro de las filas del Partido, subrayando que el curso general tomado por el SED era la unidad de la política social y económica de Alemania Oriental en el frente interno y su absoluto alineamiento con la Unión Soviética en el frente exterior. De acuerdo con el pronunciamiento último, el SED aprobó la intervención soviética en Afganistán, aun cuando esto significó que la DDR quedase diferenciada de la posición tomada por otros comunistas, un tanto menos rígidos y más críticos de los soviéticos como los yugoslavos, rumanos e italianos, que se opusieron tajantemente a la acción de la URSS en el país árabe.


El Comité Central del SED, que durante los años 60 había sido un órgano consultivo, fue reducido a la función de aclamador durante el 10º Congreso del Partido. El Politburó y el Secretariado permanecieron en su mayor parte sin cambios. Aparte de los acuerdos políticos, el Congreso analizó el nuevo Plan Quinquenal (1981-1985), llamando nuevamente a una mayor productividad, más uso eficiente de los recursos materiales, y productos de mejor calidad. Estos planes ya tenían poca credibilidad, además de que en algunas esferas de tecnócratas dirigentes se había apostado por tener una “orientación” de dichos planes hacia la ganancia y el mercado. Cosa inadmisible e inaceptable para la rigidez con la que el comunismo soviético se había levantado en la posguerra.

El fin llego en el marco de la celebración de los 40 años de la DDR (DDR 40 JAHRE). La perestroika anunciada desde Moscú fue una de las gotas que derramó el vaso. La otra: una presión popular imparable; Desde Leipzig hasta Berlín miles de personas habían salido a las calles a reclamar garantías básicas: Libertad de expresión. El resultado fue inevitable: Los dirigentes de la DDR se cuadraron con lo propuesto al ver que los problemas de legitimidad y económicos los superaban por mucho y declararon la apertura de fronteras. El resto fue el progresivo desmantelamiento de un aparato burocrático rígido. La noche fue celebración. El muro se había derribado. Se cuenta que del lado de Berlín capitalista, como regalo de bienvenida para los “reprimidos” socialistas, los restaurantes regalaban cerveza. Lo mismo hizo el canciller alemán: Regalo 100 marcos a cada ciudadano como bienvenida. A ojos de todo mundo el capitalismo había triunfado. De ahora en adelante el mundo aprendería a vivir en libertad y en democracia. Las bondades del mercado le serían repartidas a todo mundo, y la riqueza y prosperidad ya no tendrían contra quien competir…Todos sabemos que esto nunca fue, y nunca ha sido así…Sobra decir toda la miseria, hambre, mentira, corrupción, abuso, y vejación que el capitalismo ha causado en los espacios nacionales disfrazado de mascaras de igualdad, fraternidad y legalidad. 
El socialismo europeo no cayó porque el capitalismo le demostrara ser irremediablemente mejor, aunque en apariencia así haya parecido en los primeros años; Habría que preguntarse si la huída hacía la Alemania capitalista tenía más que ver con un deseo de libertad que con un convencimiento claro de que en el otro lado se encontraría la oportunidad soñada (Cabe recordar que las habilidades del trabajo desarrolladas por un individuo bajo un régimen socialista, inclusive las carreras profesionales y los oficios, son diametralmente opuestos a los desarrollados y realizados en una economía de mercado. Inclusive, uno de los estragos mas difíciles que la unificación le trajo a Alemania fue la inserción en el mercado laboral de la fuerza de trabajo socialista: Al día de hoy las regiones mas azotadas por el desempleo en el país son las ubicadas en la otrora parte socialista, y por mucho estas no han logrado recuperar sus niveles de empleo y productividad que tenían cuando eran parte de la DDR. En ese sentido los una vez ciudadanos de la DDR se preguntan ahora si realmente están mejor en un régimen de mercado laboral como el alemán. El debate sigue estando abierto y no cabe duda que a Alemania le sigue costando millones de euros la reunificación) Si pudiésemos establecer una serie de aspectos del porque efectivamente de la caída de la DDR y en general del comunismo europeo podríamos decir que por su intolerancia hacia la diversidad, la critica y la disidencia, por la creencia de que un partido único era el rumbo político que se tenia que seguir como mecanismo de representación de los intereses populares, y por anteponer el objetivo económico-material como el único viable para la realización humana y personal, por solo mencionar algunos. En ese sentido el socialismo “realmente existente” de aquella época se quedo corto. Despreció el pasado en aras del progreso industrial basado en una concepción economicista de las relaciones humanas; en aras de creer que el desarrollo intelectual y espiritual de la sociedad solo era único con un desarrollo material.  

Todavía se llegan a escuchar por ahí, de algunos románticos del socialismo, argumentos de subestimación de por ejemplo los aspectos más tradicionales de la sociedad. Los asuntos religiosos son vistos con desdén por creer que estos no tienen nada que aportarle a la humanidad. El lema “la religión es el opio de los pueblos” fue un tema que el socialismo de aquellas épocas pareció enarbolar con cobijo y que tristemente muchos ahora adoptan como suyo. No hay razón para pensar que en aras de un progreso material se tenga que aplastar con todo lo tradicional. No hay razón para descreditar a las ideas religiosas con el fin de que el Estado tenga que construir una nueva e inmaculada conciencia ajena a influencias “externas” y “nocivas”. No hay razón para seguir pensando que el fin justifica los medios. Esta misma mentalidad es la el socialismo y muchos de sus intelectuales criticaron del capitalismo; el hecho de barrer con lo tradicional e instaurar nuevas instituciones en aras de la acumulación irrestricta de ganancia. Por desgracia el socialismo que se construyó en Europa, específicamente el que emano de la revolución bolchevique tuvo esos tintes de progresismo arrollador, y en muchos lados, excluyente. Si bien todo es relativo y siempre existen bemoles, el principio básico sobre el cual muchos Estados construyeron sus cimientos fue desarrollar una nueva mentalidad a partir de la eliminación de todo lo previo. En ese sentido ni el capitalismo ni el socialismo pudieron escapar al progresismo y cientifismo del cual esta modernidad en la que estamos insertos es su madre más preciosa. Después del ascenso de la modernidad a finales del siglo XVIII no se han desarrollado nuevas mentalidades ni nuevos paradigmas; todo lo que se ha originado son solo especies de refritos y readecuaciones de los paradigmas de progreso y cientifismo que una vez se alzaron victoriosos sobre una era feudal decadente. En ese sentido los Estados Nacionales y sus formas de organización económica solo han sido readecuaciones y reformas apegados a estos paradigmas. La creación de uno nuevo es una cuestión compleja que solo obedece al proceso histórico-social, sin embargo es fundamental poner en claro lo anterior.

THE MAN IN BLACK