lunes, 26 de abril de 2010

De Arizona y la Ley SB1070 a las Expresiones de Racismo y Discriminación Contemporáneas



Durante los últimos días ha habido una acalorada discusión en varias arenas de los Estados Unidos de América y su vecino inmediato del sur del continente, desde la política, la sociedad civil, organizaciones de derechos humanos y civiles, entre muchas otras. El tema tan controversial que ha suscitado la preocupación de muchos es la ley promulgada en Arizona conocida como la SB1070, la cual a grandes rasgos permite a las autoridades y agencias de carácter policial detener en caso de existir una duda razonable sobre el estatus migratorio de cualquier persona, así como el emplear, albergar y ayudar a cruzar o transportar extranjeros (illegal aliens) en el estado y divisiones políticas de aquella entidad sureña.



El presidente Obama ha calificado tal ley de irresponsable y ha dejado caer sobre ésta un halo de ilegalidad. No únicamente el presidente ha manifestado tal aseveración, variedad de organizaciones civiles, profesionales y grupos políticos, inclusive los propios a la administración política de Arizona se han promulgado en contra. Ha habido una gran movilización de medios, manifestaciones y opiniones de rechazo, así como de apoyo a esta ley.



Y no es para menos que exista esta preocupación, es una medida política con un tinte racista. Pues desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 ha habido toda una discusión y restructuraciones del estatus, así como de las medidas de seguridad migratoria en los Estados Unidos con motivo de reforzar, eficientizar y desarrollar sus sistemas de seguridad nacional. En particular esta ley es una extensión de lo que se conoce The U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE) impulsada y legitimada por una de sus celebres agencias conocida como el Departamento de Seguridad Nacional (the Department of Homeland Security). ICE fue creada en Marzo del 2003 con el propósito de definir legalmente ciertas categorías y escenarios “probables” en los cuales la seguridad de los EE.UU. pudiese ser violada o vulnerada (nunca es clara su retorica pragmática). Arizona previamente ya contaba con intentos semejantes de establecer restricciones y cercos legales para la inmigración ilegal –preferiría llamar irregular-; en 2007 promulgo: Legal Arizona Workers Act (LAWA), que prohibía emplear extranjeros de manera no autorizada, de lo contrario habría sanciones para los empleadores, creando para éste motivo una oficina de servicios administrativos para la verificación sistemática de derechos en materia de ciudadanía e inmigración conocida como The U.S. Citizenship and Immigration Services office administers the Systematic Alien Verification for Entitlements (SAVE).



Es verdad que desde hace varias décadas la lucha por obtener un estatus migratorio legal en los Estados Unidos por parte de millones de indocumentados es uno de los grandes fenómenos de las sociedades contemporáneas. En particular el caso de las sociedades Indoamericanas que han sufrido el asedio, discriminación y racismo de grupos y administraciones políticas norteamericanas en particular de ascendencia anglosajona, la cual se considera la mayoría en aquella nación y consecuentemente la clase elemental en aquel Estado-nación.



Siempre surgen preguntas al respecto sobre estas decisiones, sobre estos actos claramente discriminatorios y de tintes racistas. Bien, intentemos dar algunas ideas que puedan otorgarnos elementos para reflexionar al respecto.



Todo grupo social en mayor o menor medida crea para sí una identidad, una cultura, pautas de comportamiento orientadas por valores y normas extendidas a lo largo de la sociedad, comunidad, clan, etc.… claro éstos a lo largo del tiempo se han introyectado y sedimentado entre los individuos y son visibles a través del comportamiento y las expresiones culturales que los definen otorgándoles una suerte de identidad única al grupo. Con el advenimiento de la modernidad y el proceso de individualización este proceso se ha transformado y se han hecho más críticas las sociedades, es decir se han matizado estas pertenencias, así como el carácter tradicional que el grupo imprimía sobre sus miembros, sin embargo todo Estado-nación está construido sobre una idea de identidad nacional, una nueva identidad que trae consigo toda una serie de valores y normas, si bien la modernidad trajo consigo la secularización, además de la disolución de buena parte de la tradición y carácter totalizante que tenía el grupo sobre el individuo, aun hoy quedan rastros emocionales de aquellas tradiciones que ensalzaban una identidad suprema del grupo.



Estas identidades estaban en buena parte construidas por la otredad, por la contraposición al otro, al cual se le dotaban de una serie de características, fueran ciertas o no, que contravenían lo que el grupo de adscripción es. Siempre el contrario, el otro, el extranjero, los illegal aliens, constituían el mejor referente para diferenciarse.



De ahí buena parte de los rencores, de la incapacidad de aceptar al otro como parte del grupo, como parte de una nación construida bajo un mito de puritanismo y buena cristiandad, de “gente buena”, “que hace lo correcto y lucha día con día”. Los grandes autores de las ciencias sociales como Max Weber, E. Durkheim y K. Marx han hablado con relación a estas construcciones, son los que han dado pauta para estudios y teorías más elaboradas al respecto. Por ejemplo M. Weber nos habla en “la ética protestante y el espíritu del capitalismo” de esta acepción de lo que es ser prospero y de esta identidad del buen protestante, identidad que tuvo lugar en el desarrollo y construcción de los Estados Unidos de Norte América.



Cuando se atraviesa por coyunturas históricas y en particular coyunturas económicas, de crisis económica en la modernidad, las identidades se exacerban; pues los distintos grupos que ocupan y viven en determinadas regiones ven afectado o encuentran incertidumbre en el futuro y consecuentemente en su sobrevivencia. Es ahí donde comúnmente se excitan los sentimientos y las identidades que otorgan un carácter de agresividad. Es en esos momentos donde surge la capacidad innata del hombre de discriminar o bien de ser racista. Pues es en determinada medida un mecanismo de defensa ante la incertidumbre y el enemigo latente que siempre está presente y se encuentra allá afuera.



Los estados del sur de los Estados Unidos históricamente han sido estados donde existe una fuerte latencia de problemas relacionados con el racismo y la discriminación. La experiencia histórica así lo ha mostrado. La guerra de secesión entre los estados del norte contra los del sur, es un claro ejemplo de una coyuntura histórica particularmente por intereses político-económicos que tuvieron un efecto profundo en la configuración social, cultural y racial en aquel país. La imagen del negro esclavo cambio sustancialmente después de terminado el momento más álgido de la guerra civil americana. El negro que representaba la otredad, la oposición al ciudadano americano caucásico poseedor de razón e intelecto superior, paso de ser el esclavo mongoloide, útil para el trabajo pesado y con esa idea de bestia amigable, a un ser temible, a un criminal que reunía una serie de características negativas como un apetito sexual patológico e inmoral; un ser sucio y embustero que había que evitar y marginar a cualquier costo. Otro ejemplo de ello son los irlandeses, los polacos, chinos e italianos; igualmente marginados y discriminados.



La historia de los Estados Unidos ha estado llena de toda una lucha por derechos humanos, civiles y políticos de su “minoría sustancial” por excelencia (la afroamericana o negra). Ellos han vivido las peores etapas y han sufrido las peores vejaciones en aquella nación. Ahora bien, vayamos siglos más adelante, el 11 de septiembre de 2001 queda marcado como otra coyuntura donde esa otredad muta para incorporar a su constitución la del ser no caucasico, la del ser terrorista, musulmán, la del ser de oriente; que de igual modo la experiencia histórica tiene como mejor ejemplo de la otredad, del otro enemigo, del diferente; a la amenaza de Oriente, desde la edad media Oriente es la contrapartida de Occidente: la cristiandad, la modernidad, el capitalismo moderno.



Mencionaré la ultima coyuntura histórica y ésta tiene lugar con el ascenso a la presidencia de Barak Oabama un hombre de naturaleza multicultural, eminentemente relacionada a la población de color, es la contra partida de aquel texano que durante ocho años ayudo a redefinir lo que se entendería por terrorismo, e introdujo a EE.UU. en una guerra absurda que en buena medida los condujo a la crisis económica actual. Tanto su modelo de economía capitalista, aunado a los grandes gastos en guerra, intervención y ocupación militar, los condujeron a una crisis económica, que en buena medida contribuyo junto con la globalización y la concatenación de mercados e intereses en el mundo a la crisis ampliada mundial. La coyuntura histórica trajo consigo una transformación estructural sustancial, un presidente negro, en un contexto de crisis económica, un fenómeno de migración masivo en todo el mundo y en buena parte éste se concentra en todo el sur de los EE.UU., aunado a la carencia de trabajo y despidos masivos por toda la Unión Americana; contribuyo activamente a la acumularon de incertidumbre; detonaron problemas latentes, desataron y exacerbaron reacciones de racismo y discriminación que al día de hoy tienen estas expresiones en las leyes norte americanas.



El partido Republicano, herido de muerte y con la tarea de reconstruirse como la verdadera alternativa de cambio y como aquellos representantes de la América verdadera han albergado en su interior una necesidad de ganar poder político desesperadamente; grupos como los Tea Party´s, estas cofradías de blancos ignorantes de clase trabajadora y grupos extremistas o nacionalistas que han encontrado cierto cobijo dentro del partido republicano, o bien, sí no militan en él no son mal vistos del todo. Son pues una alternativa a la “América corrupta”, llena de inmigrantes. Esta es la tesitura de grupos como los minute man, la hermandad aria, la asociación nacional del rifle, entre muchas otras. Pero todas estas son muestras irracionales, muchas veces “legitimadas” por visiones o retoricas pseudocientíficas y demagógicas que intentan darles la razón y sentido a la neurosis que la modernidad tardía les plantea.



En realidad EE.UU. es una nación construida sobre un mosaico multicultural, es una sociedad heterogénea que alberga incontables agrupaciones, síntesis y relaciones entre grupos ya sean de carácter político, económico, étnico, religioso y socio-cultural. La inmigración ilegal que quieren criminalizar en buena medida, desde al menos la segunda postguerra ha otorgado mano de obra barata que les ha permitido constituir como un imperio económico a los EE.UU., durante siglos la mano de obra campesina e industrial Indoamericana sea en su territorio político administrativo o en otro Estado-nacional ha contribuido para que la nación Americana fuese la economía más importante en el mundo. El plusvalor obtenido de la explotación proveniente de los inmigrantes es inmenso y ha ayudado a difundir el modelo de acumulación capitalista como el sistema-mundo de economía capitalista.



Sí bien es cierto que el narcotráfico, el tráfico de armas y de personas se ha intensificado y constituye una problemática importante entre México y los EE.UU., no quiere decir que sean todos o la mayoría, es una minoría que ha crecido, se ha organizado, sofisticado y constituye una amenaza, hay que atacarla y desmantelar su red de operaciones. Lo que está mal en todo esto es el enfoque que se le ha dado al problema. Buena parte del problema se combatiría con la vigilancia de la dimensión económica con la que operan estos grupos; pero claro, mientras exista un proceso de acumulación del capital eficaz no importa de donde venga el dinero. El 60% de las ganancias del narcotráfico mundial van a parar a la economía legal, al sector financiero, a la actividad de la construcción, etc. El incremento en el consumo y la diversificación de estos males, principalmente en las naciones desarrolladas son otro de los grandes incentivos, finalmente los Estados Unidos constituyen un espacio central de negocios, tráfico y comercialización de todo un mercado e industria ilegal como las drogas, seguido de las armas fuego con capacidad media y posteriormente el tráfico de personas alrededor del mundo.



No es justo castigar a los migrantes con leyes que sólo cultivaran rencores y los aspectos más oscuros del ser humano. Leyes como la aprobada en Arizona lejos de ser una solución, constituirán una nociva práctica jurídica en el mediano y largo plazo del cual pueden desatarse cualquier cantidad de expresiones lamentables.



Gracias por su tiempo



INKEN DEAN


Primavera de 2010


randytolvukin@hotmail.com

lunes, 19 de abril de 2010

Aproximaciones Esenciales a la Teoría de la Elección Racional-Rational Choice



En esta ocasión CCTC le da la bienvenida a un colaborador nuevo, colega y compañero estudioso de las ciencias sociales y las humanidades el Lic. David Luján. Le damos la enhorabuena de acompañarnos en este pequeño proyecto crítico que tanto hace falta en este país y a nuestros amables lectores les hacemos de su conocimiento que el señor nos estará acompañando con sus colaboraciones quincenales. [CCTC]

Las dificultades para aproximarse a la teoría de elección racional (TER) comienzan desde la definición misma de su campo de estudio, y los recursos teóricos o metodológicos empleados para abordarlo. Nos situamos frente a un conjunto de teorías o modelos específicos aplicados en una amplia variedad de temáticas en distintos niveles de análisis cuyas divergencias son enormes. Empero, eso no significa que no existan algunos puntos comunes que marquen la identidad de la teoría. Para mí, son tres, racionalismo, individualismo, y fisicalismo.

I. Racionalismo

La TER descansa en un modelo básico sobre la acción individual, que gira en torno las condiciones que deberían cumplirse para que la conducta se orientase racionalmente. En esencia, una acción racional es aquella en la que el individuo, a la luz de la información disponible, escoge los medios que tienen las más altas probabilidades de satisfacer sus deseos, expresados en fines. Aunque son acaloradamente discutidas las exigencias que deberían atribuirse a las condiciones para que un individuo pudiese actuar racionalmente, ningún teórico de la TER discute que el análisis deba partir del racionalismo en la acción.

II. Individualismo

Detrás de este modelo, existe una regla de agregación. La teoría explica una amplia y diversa cantidad de hechos como la suma, o la agregación, de acciones racionales frente a ciertas constricciones (expresadas en restricciones a la maximización de la utilidad). Detrás de este razonamiento se encuentra la suposición según la cual en la base de todo fenómeno social están los comportamientos individuales, por lo que el nivel de análisis debería descender, en última instancia, hasta ellos (individualismo metodológico: lo social se explica por/se remite a lo individual).

III. Fisicalismo

Para llegar a sus explicaciones, el teórico de la TER efectúa un método de análisis llamado hipotético-deductivo. A partir de unas pocas proposiciones voluntariamente idealizadas, el teórico construye un modelo, una maqueta extremadamente simplificada de la realidad. Luego, reproduce en el modelo un proceso, del que se “sacan”, o deducen, hipótesis explicativas sobre la estructura causal de una situación de interacción del mundo real. Por último, llevando estas hipótesis a la realidad, se verifica su plausibilidad examinando su concordancia con determinadas clases de hechos, es decir, su grado de encaje con la evidencia empírica obtenida.

Detrás de esta manera de proceder se encuentra el supuesto según el cual podemos aprehender la realidad con un modelo no sacado de ella, que la teoría toma de una imagen majestuosa e idealizada de la manera en que operan las ciencias físicas. El fisicalismo (imitar las ciencias físicas), entonces aparece como el paradigma a seguir, el modelo y punto de referencia para las ciencias sociales.

Estas tres características, que sientan las bases de la teoría, se han ido progresivamente flexibilizando. Para el primer caso, algunos teóricos de la TER se han vuelto conscientes del empobrecimiento a ultranza que la teoría formula sobre las motivaciones y el comportamiento humano, y han complementado la noción de racionalidad con otros mecanismos que producen acciones (como las emociones y las normas sociales). Para el segundo, se han dado cuenta que existen hechos no reductibles a intenciones, que resultan de la interdependencia de los agentes, como “efectos emergentes” de su interacción, que constituye un error partir del individuo y no de la relación social, y el papel de las representaciones colectivas en la determinación del comportamiento humano, por lo que el análisis no va de lo micro a lo macro, sino es de influencia mutua. Y para el tercero, se han vuelto progresivamente conscientes de que la lógica de las ciencias sociales es más compleja e irreductible al modelo que se han hecho de las ciencias físicas, han abrevado para sí corrientes teóricas más cercanas a la sociología que al fisicalismo, y comprendido que las buenas teorías dependen de las preguntas hechas, las estrategias para responderlas y el grado de adecuación de las respuestas con la evidencia de que se dispone, más que de seguir una serie de pasos bien delimitados. Empero, la forma en que se han abierto a estas nuevas cuestiones presenta sus limitaciones, deformidades y escollos, que vale la pena discutir en otra ocasión.




Lic. David Luján
(Primavera de 2010)

lunes, 5 de abril de 2010

Reflexiones Breves Sobre la Presencia Indígena en el México Contemporáneo



Esta ocasión me gustaría hablar acerca de un tema que es del imaginario popular, particularmente del imaginario de las clases menos favorecidas y que esta intrínsecamente relacionado con los pueblos y culturas indígenas en México. Desde luego cualquier tema que ve incluidos en la discusión a los indígenas en América Latina, es un tema controversial, son tópicos delicados y de largo aliento histórico. Pero en esta ocasión me propongo comentar algunas inquietudes sobre el actual estado de cosas en México.



Desde hace algún tiempo note que el tema sobre la emancipación indígena era recurrente en ámbitos culturales o cómo algunos podrían llamarles, contraculturales. La idea que se plantea es un nuevo levantamiento armado, una nueva revolución, un conflicto popular de escalas significativas que cambiarían el curso de la historia, al menos de la nacional. No hay un año claramente definido, pero todas estas premoniciones populares siempre existen unidades de tiempo coyunturales, para este particular caso el año 2010 o el 2012, éstos se plantean como años de coyuntura social y política, de transformación social.



Hace un par de años hacia entrevistas a integrantes de la APPO como parte de una investigación, entre las cosas que pude notar se encontraba la idea de que para el año 2012 habría un levantamiento armado, un levantamiento indígena que tendría su epicentro en el sur del país. Las regiones que estaban incubando esta idea son regiones que tienen una larga tradición rebelde y que se enfrentan a la pobreza, la marginación y la discriminación; entre ellos podemos encontrar a Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Puebla, Estado de México. Todas estas regiones en particular las que están más al sur de la republica son estados que históricamente han ocupado los índices más altos de pobreza y marginación social. De igual forma son las regiones que albergan una importante población indígena que como cualquier persona que haya visitado o vacacionado por dichas regiones se ha podido dar cuenta son la clase social más afectada por la pobreza.



Y es que México le debe tanto a su población indígena, en particular la clase dirigente le debe mucho, se ha valido de ellos para mantenerse en su posición privilegiada. A lo largo del proceso histórico las grandes victimas, los grandes abusos, los atropellos más escandalosos y lamentables han sido en contra de los indígenas; no únicamente en México, sino en toda América Latina. Las sublevaciones, las luchas de independencia, las revoluciones y guerras civiles han tenido como principal carne de cañón, como base, como ejército regular, a los indígenas. La modernidad ha colocado a los pueblos y culturas originarias en un lugar muy menor al que merecen, al que humanamente deben tener.



México tiene una población indígena grande, es lo que algunos llaman “minoría sustanciosa”, la historia de México como Estado-nación moderno ha sido gestada por estos pueblos, que han sido los menos favorecidos en la construcción de la nación que hoy conocemos. Han incubado desde hace décadas y generaciones una identidad desfavorecida, abusada, rebelde en muchas ocasiones. El carácter de clandestinidad y conspiración ha sido un elemento identitario en estos pueblos.



Ideologías, adscripciones a teorías sociales y libertarias, siempre han sido cobijadas por su interés y estudio. Siempre existe un deseo de liberarse de la otredad que los constriñe y les obstaculiza. Hoy que el México contemporáneo se propone a celebrar su bicentenario de ser una “nación independiente” y el centenario de ser una sociedad política “más equitativa” y moderna revolucionada, se hace necesario voltear la vista a estas sociedades. Y no es un asunto menor, es un asunto que a la sociedad civil en su conjunto le ha importado poco, lo estima innecesario, no figuran en la configuración de las vidas modernas y los estilos de vida que muchos llevan o bien que la población mestiza estila.



Pero no hay que ir muy lejos ni ser gran observador para darnos cuenta de que las sociedades y culturas indígenas están más que presentes en nuestra cotidianeidad. Me gustaría anotar una serie de aspectos a ser considerados para explicarnos una posible sublevación o revolución en México, en su contemporaneidad.



Primero buena parte de los efectivos castrenses en las fuerzas armadas mexicanas son indígenas, toda la estructura militar está poblada por elementos con ascendencia indígena clara, cuando me refiero a clara me refiero a que en sus rasgos físicos es evidente la ascendencia indígena y conservan activamente tradiciones culturales, propias de sus grupos originarios; claro todas estas culturas están fundamentalmente integradas a la religión católica. Así que desde la tropa, oficiales y jefes del ejército se encuentra una presencia indígena importante, ni que decir de la experiencia histórica en al menos en dos de las luchas más importantes del país. Muchos de estos efectivos desertan del ejercito y se suman a las filas del crimen organizado, tanto militares como policías son grupos de los cuales echa mano el crimen organizado, corrompen organizaciones y estructuras en sus puntos débiles, como son los mandos medios y la tropa en su estrato más bajo.



Por otro lado y regresando a mi experiencia anterior, la APPO es un movimiento social de clara ascendencia indígena que tuvo lugar por un conflicto laboral que integraba una sección del SNTE, es decir trabajadores de la educación o como lo conocemos coloquialmente como maestros o profesores que son todos ellos indígenas, y que aglutinaron a distintos grupos con una conformación sustancialmente indígena. Oaxaca es una extensa conformación de regiones que albergan una importante presencia de los grupos aquí mencionados, muchos de ellos bien agrupados y consolidados a lo largo del tiempo, con tradiciones fuertemente arraigadas a pesar del estrato social al que puedan pertenecer.



Tenemos de igual forma el caso del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) que es un fenómeno social de primer orden en México y que denuncia el problema y la situación histórica de estos pueblos, es cierto que el conflicto del EZLN ha mantenido un bajo perfil, pero de ningún modo se encuentra deteriorado, tiene una relevancia mundial que poco se ha dado a conocer a la sociedad mexicana, y es claro el por qué ha sucedido tal cosa. No es de sorprender que el movimiento tome nuevas expresiones y se depure o bien entre en actividad en el corto plazo.



El EPR (Ejército Popular Revolucionario) es otro grupo armado de clara ascendencia indígena y de ideología comunista o bien de izquierda, que pugna por la mejora en las condiciones de campesinos e indígenas. El EPR ha tendió especial presencia en Guerrero y Michoacán, regiones eminentemente indígenas y con tradición rebelde o bien opuestas al régimen político en turno.



Otro ejemplo un tanto más cotidiano es la importante presencia indígena en la ciudad de México, existe un amplio abanico de grupos y comunidades indígenas en la capital, estos grupos se integran al mercado laboral en los estratos más bajos, desde peones, albañiles, trabajadores domésticos, sexo-servidoras, personal de limpieza y actividades poco estimadas por la población en general; claro también existen académicos, intelectuales y artistas que ocupan lugares muy valorados por la sociedad, sin embargo estos son los menos, su trabajo es valorado y apreciado como necesario por grupos que no son indígenas. La característica de estos grupos ya sea empleados en el espectro de lo legal o ilegal, es su tendencia a agruparse y conformar grupos organizados en donde el proceso de individualización no esta tan sedimentado como en otros grupos no-indígenas, lo cual le dota de ese caracter comunal.



Un ejemplo importante a nivel internacional son las agrupaciones y redes que han tendido todas estas comunidades y culturas indígenas en los Estados Unidos, que son los que en muchas ocasiones financian y mantienen asociaciones civiles y grupos de toda índole en territorio mexicano, ellos también albergan procesos identitarios aun más complejos pero que sin duda se adscriben a esta realidad adversa a su origen indio y que son un bloque económico nada despreciable y muy complejo que actúan en varios niveles.



Uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la sociedad mexicana y la clase política en particular es el narcotráfico, éste se encuentra integrado por una presencia indígena y campesina fundamental, son víctimas del fenómeno del narcotráfico. Y es que éste, tanto ha actuado como agente externo que desestabiliza y diluye su identidad, así como sus estructuras comunitarias; y por otro lado los emplea y explota tanto como cultivadores, transportadores, sicarios etc. son parte de un fenómeno criminal complejo y bien organizado; que les otorga la posibilidad de llevar una actividad económica de subsistencia.



Con el motivo de la celebración del bicentenario y las fiestas patrias que tendrán lugar este año en el país, me pregunto qué tanto están reflejadas las tradiciones y el papel que jugaron estas sociedades; qué tanto es necesario alabar al personaje histórico llevado al heroísmo y qué tanto se ignora o bien pasa desapercibido el papel del campesino y el indígena en éstas celebraciones. Cuantos de estas comunidades tienen injerencia en la decisión y los festejos de las fiestas nacionales. En lo personal pienso que muy poco, pienso que es una danza colosal de cifras y presupuestos que lejos de celebrar el que somos mexicanos pone aun más de manifiesto la profunda fragmentación y multiplicidad de identidade en etapa liminal que tenemos en éste país.



No es nuevo que en México existe un problema latente de levantamiento armado, que día con día se ve alimentado con la pobreza, con la discriminación, con la estratificación intensificada, con decisiones de una clase política que cada día parece más indolente y lejana a las vidas cotidianas de los ciudadanos mexicanos. Tanto estas “profecías” o augurios de reivindicación y emancipación de estos grupos históricamente abusados, son pruebas suficientes de que algo grande puede pasar en este país. Problemas como los de Atenco, APPO, las acciones armadas del EPR, las marchas contra de la violencia, la actual y preocupante acción y presencia del narcotráfico y sus efectos colaterales me hacen pensar que tales profecías violentas son muy probables.



La sociedad está inquieta, existen condiciones latentes adversas al régimen actual, existe una pobreza importante y extendida, la estratificación social y la poca valoración de la cultura política mexicana pueden significar detonantes de una sociedad mexicana que se ha visto afectada en su calidad de vida, que ya desde hace algunas décadas es bastante cuestionable. En el escenario social se encuentran elementos que alimentan estas ideas, y están en los más variados ámbitos de la sociedad, están en lo social en cuanto que se ven deterioradas las condiciones de vida, en lo político en cuanto que tenemos una clase que poco se identifica con la ciudadanía; en lo cultural en tanto que las cuestiones de fe y religión presentan escenarios que pueden otorgar legitimidad a cambios exacerbados y también está la manera en cómo nos relacionamos con las cosas y cómo en nuestra sociedad las valoraciones están en función del dinero. Todo lo anterior juega en contra de un futuro cercano tranquilo, democrático, justo y con un orden legal definido.



Yo abogo por hacer una reflexión profunda de los que están y lo que no figuran como individuos importantes en nuestra cotidianeidad, en cómo nos relacionamos y a qué le otorgamos mayor valía moral y ética. De esto depende que tengamos otra sociedad, si, pero sin una revolución en los términos tradicionales en la que la hemos conocido y que lejos de otorgar un orden de cosas deseables, ha procurado el interés de grupos moralmente cuestionables.



Gracias por su tiempo.


INKEN DEAN


Primavera de 2010


randytolvukin@hotmail.com