miércoles, 7 de octubre de 2009

Sobre El Paquete Economico de Calderon; El impuesto Generalizado del 2%


Antes que nada, la ausencia de unos cuantos meses de los que aquí escriben, se debió más que nada a motivos de caracter laboral. En lo subsecuente, se estará posteando con más regularidad.

Hace algunos días, en su reunión anual, el FMI declaró que oficialmente la crisis había terminado. Esto en los términos del FMI, y tomando las lecturas de algunos indicadores, puede ser técnicamente cierto, sin embargo, no se le termina de explicar a las personas comunes y corrientes que es lo que para el FMI significa que la crisis haya terminado. Podría parecer, que ante el economicismo de los argumentos del FMI, el sentido común de la cotidianeidad de las personas dice exactamente lo contrario: La crisis, esta lejos de terminar, y cada día se expresa de distintos modos. Sin duda, es pertinente englobar al caso de la mayoría de los mexicanos en lo anterior. 

A principios de esta legislatura, para ser exactos, el 8 de Septiembre, el ejecutivo presentó su paquete económico para el 2010. Este tiene como núcleo de acción la aplicación de un nuevo impuesto general del 2% al consumo y la subida de gravámenes, en distintos ratios, a la renta, al alcohol, telecomunicaciones, juegos y sorteos. En palabras de funcionarios del FMI, y sin duda, del gobierno federal, esto tiene como justificante que se ampliaría la base tributaria, es decir, se recaudaría más dinero para, posteriormente, retribuírselo a los más pobres. 

"Si recogen más impuestos, especialmente de una base tributaria mayor, y pueden dedicarlos a los segmentos más pobres de la población, será bueno para el crecimiento (económico) y para la equidad", dijo Eyzaguirre (funcionario del FMI) en una rueda de prensa, refiriéndose al paquete económico presentado por Calderón.

En la lógica del gobierno federal los ingresos extra paliarían el agujero fiscal de 300 mil millones de pesos (23 mil millones de dólares) previsto para 2011 y también se usarían para programas de combate a la miseria, es decir, y como ya lo ha mencionado Felipe Calderón, para incrementar la cobertura del programa Oportunidades.

Por otra parte, con la eliminación de las secretarias de Turismo, de la Función Pública y de la Reforma Agraria, se pretende lograr un recorte en gasto corriente, mismo que se deriva del ahorro en el pago de los sueldos y salarios de los funcionarios y trabajadores de bajos niveles que trabajaban en esas secretarias y que ya no se necesitan más. Esto último, junto con el recorte al presupuesto de las universidades públicas, y la “austeridad” en el pago de los sueldos de los altos funcionarios anunciada por Calderón, representa el otro frente por el cual el gobierno federal ha intentado atacar la crisis.

A todas luces la medida que pretende lograr un aumento de la base tributaria mediante el incremento del 2% en el impuesto al consumo esta encontrando una fuerte oposición. Y es que, es poco probable que en tiempos de crisis, cuando el salario de los trabajadores permanece “congelado”, la situación del empleo registra un incremento en la desocupación (se dice que se crearon aprox. 61mil empleos, pero no se dice los que se han perdido), y las empresas (si no todas, la mayoría) enfrentan una crisis de rentabilidad, una medida como tal, tenga aceptación generalizada. 

Recientemente, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) se quejó de que el aumento "resta competitividad a la economía, eleva el costo-país (forma de medir que tan atractivo es un país para la inversión) y no es acompañado por una sola medida que promueva el empleo, la inversión productiva o el ahorro". Que decir de lo que se dice en el seno de los partidos políticos de oposición; mientras que el PRD, a pesar de ser una “izquierda” que tiene todo, menos ser un proyecto alternativo de nación, se manifestó como opuesto y dijo que de continuar el proyecto llamará a protestas ciudadanas, el PRI, ha manifestado que no es viable la generalización del 2%, y que quizá proponga la creación de una canasta de productos básicos exentos del impuesto. Lo anterior, a mi parecer, poco viable debido a que la complejidad del territorio mexicano y la diversidad cultural que habita en el mismo llevaría a largas discusiones para ponerse de acuerdo sobre a que productos aplicarles la exención y a cuales no, según las costumbres locales, los hábitos de consumo y las ramas productivas de cada región dentro del país. Por ello, lo que hasta ahora propone el PRI no se ve como una alternativa viable y confiable para obtener más recursos. 

De todo esto, una cosa es cierta: No existe información suficiente y de calidad sobre los mecanismos tributarios en los que participan los estratos sociales (incluyendo las empresas). Es decir, pocos saben a ciencia cierta y en términos cristianos, que se recauda, a quien se le recauda, para que se recauda, quienes tienen preferencias, quienes no, como se usan y se están usando todos los recursos y que cambios significativos existirían de incrementarse la base tributaria. Dicho de otra forma: No se ha esclarecido que pasaría, en términos reales, de incrementarse la tribulación, quienes específicamente se beneficiarían y bajo que nuevos programas, en caso de existirlos. La información que se ha manejado raya en lo ridículo y en sentimentalismos que se proyectan en comerciales de televisión en donde se presentan imágenes de niños pobres indígenas como los principales beneficiarios. Pero ¿Y que hay de los demás?, ¿Qué hay de los pequeños empresarios, de la clase media, de los desempleados, de los campesinos, de los estudiantes, de las amas de casa y de los trabajadores? ¿Todos ellos no se beneficiarían? 

El diagnostico es pobre y raya en lo asistencial. No se trata de, solamente, hacer una transferencia de recursos de “los que más tienen” a “los que menos tienen”, se trata de ser incluyente a la hora de diagnosticar, pero al parecer, la mente tecnócrata de algunos de los que gobiernan, vive en el reduccionismo de que solo existen ricos y pobres. La realidad que es un poco más compleja contradice lo anterior; Un aumento en los precios derivado del incremento del 2% en los impuestos afectaría también a la clase media y a sus numerosos subcomponentes: El desempleo urbano que padece la misma y que se agravaría con precios más altos perjudicaría principalmente a todos los sectores que dependen de ella, es decir, a los sectores productores de bienes de consumo duraderos y al amplio sector de servicios, por mencionar los más importantes.

Una conclusión posible de todo esto: Se le tiene que exigir al gobierno que asuma la complejidad de los estratos sociales, y con base en eso, que establezca políticas diferenciadas tanto de subsidios como de desarrollo. Pareciera que para ello es el momento de endeudarse y generar políticas públicas y mecanismos para aumentar el empleo, fortalecer la independencia y autonomía municipal, articularse con las universidades publicas, los sindicatos, las Pymes, y demás organismos, y fortalecer su ya de por si desgastada relación con los otros componentes del Estado. Pero esto no es así. El conservadurismo que habita en todas las esferas gubernamentales sigue creyendo en el esquema de que “el enemigo del gobierno…es el propio gobierno”, que los recursos del mismo, deben ser empleados para el combate a la inseguridad, y contra los enemigos que atentan contra la sociedad: Los narcotraficantes. 

Solo en México un gobierno conservador, en plena crisis económica mundial, cree que el mejor mecanismo para generar ingresos y “salir de la debacle” es incrementar los impuestos, a costa de su población y sin importarle el descredito político que estas medidas traen consigo (y más en tiempos de crisis), en lugar de generar un programa creativo e inteligente de desarrollo de largo plazo de sus sectores prioritarios. Para cerrar cito un fragmento de lo que el partido republicano, el partido conservador por antonomasia en los Estados Unidos, el partido que se opone a que el gobierno se endeude para generar crecimiento, hizo como propuesta económica días atrás: "Nuestro plan se basa en la noción de que un plan de rápidos recortes de impuestos es la fórmula más eficaz para reanimar la economía, son los recortes de impuestos los que liberarían a la pequeña empresa de cargas que le impiden crecer”. Candice Miller, congresista republicana por Michigan.


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