martes, 27 de octubre de 2009

Comentarios sobre la situación de Luz y Fuerza del Centro




La actual situación sobre la desaparición de la empresa paraestatal Luz y Fuerza del Centro, es un problema que tiene varios aspectos y en definitiva no es un problema nuevo dentro de las administraciones neoliberales de las ultimas décadas en Latinoamérica.

Podemos entender éste problema desde tres aspectos distintos, el primero es la coyuntura económica que vive el país y que tiene una escala mundial; la segunda en la misma tesitura tiene que ver con el momento particular que vive la administración del presidente Felipe Calderón H. y por ultimo el papel de los sindicatos al día de hoy en México.

Para el primer aspecto podemos decir que las economías nacionales de todo el planeta sufrieron desajustes, a causa de la más reciente crisis mundial, y varias de ellas tuvieron perdidas cuantiosas y en el particular caso de México y America latina hubo crisis económicas seguidas de una crisis política de menor intensidad pero que guarda dentro de sí el peligro latente de la ingobernabilidad.

Se nos ha dicho al publico en general que nos enfrentamos a una crisis de la cual ha pasado lo peor, pero sin duda una crisis que nos afecta de forma sustancial en la creación de empleos y en los procesos productivos que albergamos en nuestro territorio; las irremediables quiebras y recortes de personal son un problema y un fenómeno que esta muy lejos de poder controlar el gobierno en funciones. En tanto que las empresas importantes y el gran capital que albergamos es Norte Americano en su gran mayoría, así que como consecuencia de la dependencia y de sus pérdidas internacionales, la onda negativa nos afecta en la generación y mantenimiento de empleos.

De ahí se entiende que necesitamos hacer un uso adecuado y responsable del gasto publico, así se puede entender que piensa el gobierno federal, reducir gastos innecesarios y onerosos e intentar obtener mayores ingresos fiscales bajo nuevos estándares de recaudación, es decir readecuar la forma en como se cobran impuestos y ampliar el espectro de los mismos. Cosa que ya supone un tema delicado y harto conflictivo para los distintos grupos políticos y ciudadanos en el país.

Para infortunio del ciudadano común, de los estratos medios y trabajadores, la información que tenemos es mucha, mala, y mal difundida. Es una danza de cifras, de proyecciones, y de estimaciones abundantes; sin embargo no esta contextualizada, no tiene un sentido que otorgue, justamente eso que la información debería garantizar, certidumbre, perspectiva de la situación. Tal vez eso es responsabilidad conjunta del gobierno federal y los medios de comunicación, cada uno tiene su gurú, experto, consultaría e institución favorita, es de obviar que ninguna o pocas coinciden en sus cifras y perspectivas. Es pues el dilema del conocimiento experto, todos hablan con profundo sentimiento de certeza científica pero en la realidad suceden un cúmulo de procesos más complejos que sus estimaciones.

La idea general es: tenemos que reducir gastos, gastar mejor, y ampliar las bases de recaudación fiscal. Eso es claro para el gobierno y la clase política que esta en funciones. El problema es cómo hacer esto posible sin caer en lugares comunes, que antes no han traído grandes beneficios –salvo a unos bolsillos- y que al menos busquen una administración creativa, no apegada a las formulas de economía política neoliberal de hace diez años, que es visible no ayudan a resolver los grandes problemas nacionales.

El segundo aspecto tocante al momento particular de la administración de Felipe Calderón tiene que ver con afianzar posiciones políticas, no es sorpresa que después de las ultimas votaciones para renovar legislatura y con los resultados obtenidos, el señor presidente tenga que hacer reestructuraciones en su administración y círculos más cercanos con el fin de afianzar su autoridad, no olvidemos que aun le restan tres años de mandato, que se enfrenta a una situaciones de crisis económica que rebasa por mucho las capacidades de sus amigos en las secretarias de hacienda y economía. También buena parte del problema ni siquiera esta en nuestras manos, sino en los flujos y comportamientos del mercado y finanzas mundiales.

Ampliar el nivel de aceptación y legitimidad de un presidente en un momento tan complejo como el actual es tarea difícil, se tienen que hacer mancuernas y alianzas con el fin de sobrevivir en la difícil arena política nacional y electoral. Los amplios y ambiciosos objetivos e intereses que se persiguen en lo particular tienen en ocasiones más preeminencia que los problemas e intereses ciudadanos en conjunto –asunto que ya de por si es un complejo fenómeno-; la desaparición de LyFC, es pues, un movimiento más en el complicado ajedrez político. Frente a la crisis económica, presupuestos “apretados”, caídas en los precios del petróleo, una industria energética que se diversifica y especializa. Más las necesidades políticas particulares del gobierno federal para sostenerse en el poder, Felipe Calderón y compañía tienen que hacer movimientos vistosos y polémicos; el calculo de estos siempre es difícil y puede salir contraproducente, pero en ésta ocasión puede ser que no sea tan adversa para la figura del presidente.

Luz y Fuerza del Centro es una empresa estatal que es ineficiente, reproduce en su interior una serie de cadenas de corrupción, clientelares y abusos de autoridad en todos los niveles. No se desaparece esta empresa únicamente: por su sindicato, no se desaparece esta empresa por que no sea un negocio, no se extingue esta empresa por que la derecha va a privatizar la generación de energía. Se extingue porque no funciona y es un hervidero de prácticas obsoletas, ilegales e ineficientes.

El asunto del sindicato es uno de tantos; un sindicato que sirvió a muchos políticos y que se sirvió de ellos para mantener posiciones, un sindicato es un negocio generoso para sus dirigentes. Un sindicato como este, que poco hace por sus agremiados y más por sus compañeros políticos; es la expresión de un sindicato añejo e inútil para reproducir condiciones de justicia e igualdad. Es mentira que sea un sindicato de izquierda, el populismo es tanto de derecha como de izquierda- en su concepción más burda-, en la luchas intestinas por el poder nacional, las ideologías tienden a volverse ridículas y sólo son caballitos de batalla que levantan buenas cortinas de humo, hacen buenos efectos ilusorios.

Si bien el SME en la opinión de muchos ciudadanos es una aberración que debe desaparecer, ellos sólo son la parte vistosa del problema, no hay que olvidar que buena parte de la responsabilidad es compartida, la administración de LyFC y el SME son responsables de que el saqueo y los malos manejos llegaran a un nivel en el que por necesidades políticas y económicas se tuviera que desaparecer. La administración pésima, un sindicato con una ética bastante sospechosa, y, eso si, con dirigentes millonarios –al igual que la administración, que es otra entidad aun más oscura-, así como sus más cercanos emisarios, son parte de la cuadrilla de liquidadores de LyFC.

Toda empresa estatal trabaja con perdidas, sin embargo hay proyecciones, una empresa del Estado no es un negocio que funciona como los privados, es erróneo pensarlo así, su función es distinta, trabajan con perdidas, pero lo hacen, se entiende así, por un bien mayor. Pero no hay que olvidar que el tema de la energía es un tema estratégico, y LyFC representa un obstáculo para las reestructuraciones que se necesitan en la actualidad; no hablo de privatizar, LyFC no representa un negocio en el corto plazo, ninguna empresa privada dada las condiciones actuales va a invertir capital en una red con las características de LyFC. Hablo de un momento de transformación integral de todo el aparato energético nacional. El extinguir una empresa así es un paso importante, el problema será la dirección que tome ese andar, es muy fácil de corromper el buen camino por el cual se espera que transite.

No se trata de desaparecer sindicatos, se trata de que los sindicatos funcionen y no obedezcan a intereses políticos en pugna por obtener el control Estatal, tal como sucedió durante décadas en este país. Se trata de ser creativos y honestos en la conformación de sindicatos que respondan por las condiciones y salarios remunerados, que permitan una vida digna de sus agremiados. Lo que sucedió con el SME es que proporciono vida digna a un segmento de sus trabajadores, que era un completo desorden en cuanto a salarios, pensiones y jubilaciones, la homogeneidad e igualdad no eran características del sindicato ni de la administración de LyFC.

El gobierno federal tejió un fino artificio para desaparecerla, todos pueden juzgar que tan justo o no fue, pero lo importante aquí es como al día de hoy se quiere conducir a la masa social. La inconformidad, la crisis, las condiciones de vida ambiguas y las incertidumbres levantan ídolos falsos, erigen líderes de barro. Como es el caso del dirigente del sindicato del SME un tipo que bajo una careta de lucha por la defensa del sindicalismo y los trabajadores, realmente defiende un negocio muy lucrativo que ha tenido por largo tiempo, se vale artificios creativos para cooptar gente y trabajadores desesperados y si, desafortunadamente ignorantes, todo para su “la lucha sindical”. Se les dice a los jubilados que podrían perder sus pensiones, mentira; se les dice que privatizaran la luz, mentira; se le dice a la población que terminaran con el subsidio que recibe, mentira. Con el subsidio que deberían de terminar es el de éste parasito, no el sindicato, sino con los que se apoderaron de él, no son sindicatos que guarden aspectos democráticos sustanciales, el que lo sostenga así se equivoca.

No desaparecerá el subsidio, ni todos los trabajadores quedaran en el desempleo; lo que debe hacerse es trabajar de mejor manera en las tarifas y las facturaciones que se le hacen a los consumidores, casas, empresas, comercios, etc. nadie dice que sea un trabajo fácil, es por el contrario muy complejo. De todos los trabajadores que se encontraban laborando habría que ver cuantos de ellos realmente eran necesarios, útiles para la empresa –finalmente hay que ser justos, ¿no?-. El trabajo de intimidación del gobierno y del SME tanto para el que quiere su liquidación, como para el que quiere su trabajo ha sido mañoso, aquí no cabe hablar de justo por ningún frente. Es una coyuntura histórica compleja, en la cual apremian rezagos y situaciones que se vienen arrastrando desde hace largo tiempo, pero que por estrategias e intereses políticos no se resuelven. Son luchas intestinas al interior de las arenas políticas, en las cuales el ciudadano común no tiene voz, ni voto, es sólo carne de cañon cuando se les requiere a través de mentiras e información irresponsable.

Siempre será una pena que alguien pierda su empleo, siempre tendrá su polémica el hacer un bien mayor a costa de un mal menor, siempre será reprochable el que México no pueda funcionar apegado a las leyes y reglas. Siempre será reprobable y violentado el que los intereses particulares se sobrepongan a los generales con un discurso universal que rascándole un poco se ve el particularismo a todas luces. Siempre será una tristeza desoladora que en México la legalidad y la justicia no se reconozcan ni puedan abrazarse.

IKEN DEAN (dahc)

1 comentario:

populirevolutum dijo...

Los invito a firmar el decreto de desitución de Calderón disponible en http://espaciodialogo.blogspot.com

Todo está fundamentado legalmente pero necesitamos juntar un millón de firmas. Entren y firmen por favor.